¿Qué es la logopedia? ¿Por qué mi hijo/a necesita
un logopeda? ¿mi hijo/a podrá hablar bien? No me escucha cuando
le hablo. ¿Qué hago?...
Éstas son algunas de las primeras preguntas que surgen ante el
desconcierto de un trastorno y/o retardo del lenguaje o del habla.
La logopedia tiene como finalidad: la prevención, el diagnóstico,
el pronóstico, el tratamiento y la evaluación integral de los trastornos
de la comunicación humana: ya sean éstos trastornos del habla
o del lenguaje. |
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El área de actuación de la logopedia y el ejercicio de la
profesión se desarrolla en varios entornos: el educativo, el lingüístico,
el conductual, el clínico, etc. La logopedia inicialmente estaba
delimitada en el marco de los Centros Escolares de Educación Especial.
Poco a poco, la logopedia, se va abriendo camino y haciendo extensible
a las Escuelas Ordinarias.
Con motivo de la Ley de Integración Escolar de niños con necesidades
especiales, (sordos e hipoacúsicos, síndrome de Down, Paralíticos
Cerebrales, etc.) se abre una brecha importante, en donde se realiza un soporte
de prevención, diagnóstico, estimulación, intervención
y mantenimiento del área del lenguaje. Actualmente, existen diferentes
equipos que ofrecen tratamientos logopédicos a través de la
Seguridad Social y también por intermedio de gabinetes privados.
La logopedia, frecuentemente, tiene a su disposición aportaciones
sustanciales de numerosas teorías Lingüísticas, de la
Psicología, de la Neurología, de la Pedagogía, de la
Sociolingüística, etc.
A modo de ejemplo, podemos citar varios autores,
que le han dado forma y contenido a la Logopedia como disciplina, y
sus teorías
son la columna vertebral de nuestra profesión, entre ellos podemos
nombrar a: La Teorías
del aprendizaje (Skinner, Osgood, Dollard y Miller), Teoría Innatista
(Chomsky), Teoría Biologista (Lenneberg), Teoría Sociolingüística
(Halliday), Teoría Cognitivista (Piaget), Teorías de la
Escuela Soviética (Vigotsky), Teoría Contextuales (Bruner)
y Teoría
Modulares (Rondal). |
¿En qué situaciones sería
conveniente hacer una consulta a un/una logopeda?
Siempre que los padres, el/la pediatra o profesor/a
lo encuentren conveniente, ya que son los primeros observadores directos
del niño/a.
Existen muchos indicadores y síntomas
a tener en cuenta, entre ellos podemos nombrar:
- Que no se comprenda cuando habla el niño/a.
- Que con frecuencia el/la niño/a “se coma sonidos”, o que agregue
otros sonidos.
- Que respire con la boca abierta.
- Que tenga dificultades para pronunciar algún sonido.
- Que se encuentre afónico con frecuencia.
- Que manifieste que no escucha bien.
- Que no discrimina ruidos de sonidos.
- Que no hable o hable muy poco.
- Que presente cambio muy drásticos en la voz.
- Que presenta alteraciones físicas, por ejemplo: Parálisis cerebral,
espina bífida, etc.
- Que presenta alteraciones sensoriales.
- Que presenta retraso general en el desarrollo y el lenguaje.
- Que se descentra con facilidad ante cualquier situación de la
vida diaria.
- Que no logra seguir consignas lingüísticas simples.
- Que presente dificultades a la hora de escribir o leer correctamente.
¿Cómo pueden ayudar los padres en nuestra intervención?
- Cultivando la comunicación con su hijo/a en
un amplio sentido de la palabra.
- No utilizar disminutivos cuando hablan con el niño/a.
- Escuchar atentamente todas las aportaciones, tanto gestuales como
verbales que el niño/a exprese.
- Potenciar y reforzar la riqueza de vocabulario del niño/a, ofreciéndoles
variedad de ejemplos y diferentes contextos en donde incluir el
inventario de palabras.
- Promover situaciones en los que el niño/a se comunique con más
miembros de su familia y si es posible, con toda la gente que le
circunda.
- No imitarlo cuando habla, ni tampoco deformar sus palabras.
- Hacer de las situaciones cotidianas (la comida, el baño, la vestimenta,
etc) momentos de aprendizaje.
- No llevarlos a situaciones de stress ante la insistente repetición
de fonemas.
- Estimular los progresos con efusividad. Aplaudir sus logros. |
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